Una noche para mirar el cielo: más de 2.000 personas visitaron el Observatorio Astronómico en la Noche de los Museos
A pesar de un comienzo marcado por la lluvia intermitente y el clima incierto, la última edición de la Noche de los Museos volvió a demostrar algo que en Córdoba se repite año tras año: cuando se abren las puertas del Observatorio Astronómico, el público responde. Más de dos mil personas recorrieron los espacios del OAC, participaron en actividades científicas, talleres, intervenciones artísticas y charlas, y celebraron una noche donde la curiosidad funcionó como hilo conductor.
Inspirado por el lema “El futuro de los museos en comunidades en constante cambio”, el Observatorio ofreció una programación diversa que combinó astronomía, arte, tecnología, meteorología, música y experiencias para todas las edades.
Un museo vivo y lleno de historias
Desde temprano, los guías del Museo del Observatorio recibieron al público con recorridos constantes que permitieron descubrir la historia del OAC, sus instrumentos y sus hitos científicos. A pesar de la gran afluencia, lograron mantener un flujo ordenado y cercano, invitando a cada visitante a sumarse a un viaje por más de 150 años de ciencia argentina.
Ciencia en acción: experiencias astronómicas
Las y los astrónomos del OAC desplegaron propuestas creativas que transformaron conceptos científicos en experiencias sensoriales. Actividades como “El lado oscuro de la luz”, “El paseo de las luciérnagas” y “El Universo como nunca lo viste” combinaron experimentos, juegos de luces, proyecciones e interacciones que hicieron visible lo invisible del cosmos.
Uno de los momentos más esperados fue la observación por telescopios. Aunque el cielo tardó en despejar, el Grupo Astronomía y Fotometría se mantuvo firme hasta que las nubes cedieron, permitiendo que cientos de personas pudieran mirar hacia arriba para descubrir planetas y otros objetos astronómicos.
Del cosmos al día a día
Entre las propuestas más valoradas estuvo “Del Cosmos a tu Bolsillo”, una actividad que mostró cómo la investigación básica —como la astronomía— impacta en nuestra vida cotidiana. Astrónomos y astrónomas del Observatorio explicaron, con ejemplos concretos, cómo tecnologías derivadas de la exploración espacial están presentes en el GPS, los sensores de cámaras, materiales de uso diario y dispositivos médicos. La ciencia, explicada desde su aporte social, se volvió protagonista.
Talleres, juegos y mundos posibles para las infancias
Los pasillos y jardines del Observatorio se poblaron de niñas y niños que exploraron el Universo a través de propuestas lúdicas: talleres de astronomía, un espacio imaginativo llamado “Abducidos por un OVNI”, el Mural de los deseos y actividades impulsadas por los Amigos del Observatorio y colaboradores. La noche no solo fue una fiesta para quienes buscan aprender más de astronomía, sino también para quienes se acercan por primera vez.
Ciencia, arte y comunidad
La lluvia obligó a reorganizar stands, especialmente en el caso de FaMAF, pero la energía del público y del equipo sostuvo la jornada. Hubo experimentos de física, charlas interactivas, mago matemáticos y demostraciones científicas que mantuvieron al público en movimiento constante.
La música también tuvo su espacio: el Coro de Niños Cantores del Colegio Domingo Zípoli, el Coro de la Facultad de Psicología y el Grupo Vocal Vuela Alto ofrecieron interpretaciones que acompañaron la noche y llenaron de sonido los espacios del Observatorio.
Además, nuestro vecino, el Observatorio Meteorológico se sumó con actividades propias, acercando al público a la meteorología como ciencia clave para entender el planeta y los cambios que atraviesa.
Una noche para acercar la ciencia a miles de personas
La Noche de los Museos volvió a mostrar la enorme potencia que tiene la comunicación pública de la ciencia cuando se encuentra con una comunidad curiosa y dispuesta a participar. El Observatorio Astronómico lo hace durante todo el año —con visitas guiadas, charlas, talleres y actividades abiertas—, pero esta noche especial permite multiplicar el alcance y llevar la astronomía a miles de personas en solo unas horas.
Y fue justamente ahí donde el lema “El futuro de los museos en comunidades en constante cambio” cobró sentido: en cada sala que se abrió, en cada experimento que sorprendió, en cada conversación que despertó una nueva pregunta. Porque cuando un museo se adapta, se mueve y ofrece ciencia de manera abierta y cercana, no solo acompaña a su comunidad: también la impulsa.
Una vez más, la Noche de los Museos confirmó que el futuro se construye así, compartiendo el cielo con quienes quieren descubrirlo.

















