Día Internacional de los Museos 2020
El lunes 18 de mayo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Museos, establecida desde 1977 por el Consejo Internacional de Museos (ICOM).
Para este año el leitmotiv propuesto es “Museos para la igualdad: diversidad e inclusión”, el cual, si bien fue establecido en un contexto muy diferente al actual, es una excelente oportunidad para ampliar los alcances de la “diversidad” para “incluir” a todo el público impedido de acercarse a cada uno de los Museos debido a las actuales medidas de restricciones sociales.
Reflexiones de Museo
Por el Dr. David Merlo
Coordinador del M.O.A.
Pese a las múltiples dimensiones que podrían trabajarse en un Museo, aquí presentamos unas breves reflexiones sobre dos de ellas, escritas en tiempos distintos, correspondientes a contextos muy disímiles.
Dimensión Educativa
Por otra parte, y en un transcurrir paralelo, también hemos sido testigos directos y participativos del cambio de paradigma en la Educación. En efecto, de un enfoque conductista, homogéneo y disciplinar centrado en el objeto de conocimiento, estamos participando (desde la década de los ’60 del siglo XX) en un giro sostenido hacia un enfoque constructivista, heterogéneo e interdisciplinar, respetando y potenciando las capacidades individuales, en una íntima relación con el contexto social de pertenencia.
Ante este panorama nos preguntamos, ¿qué podría aportar el “nuevo” Museo al “nuevo” modelo Educativo? Seguramente mucho más de lo que en la actualidad se ofrece. No se pretende en estas líneas valorar los actuales aprendizajes curriculares, sino aceptarlos y trabajar en función de ellos.
Un Museo “vivo” activa intereses potenciales de nuevos aprendizajes. Llevar adelante visitas complementa y enriquecen significativamente procesos de enseñanza-aprendizajes. La interactividad que las actuales corrientes museísticas desean implementar compromete al estudiante con el conocimiento en proceso de aprehensión.
No debería ser un “paseo más”, un mero compromiso pedagógico. Pero para ello es necesaria una etapa de planificación que permitan trabajar curricularmente la propuesta desde el mismo inicio de la unidad pedagógica correspondiente, transformando la visita en un eslabón más del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Una oportunidad inmejorable que ofrecen hoy por hoy los museos de nuestra ciudad se ponen claramente de manifiesto en la llamada “Noche de los Museos”, experiencia que se viene desarrollando desde hace ya una década y ha encontrado su propio lugar en la agenda cultural cordobesa.
En efecto, en cada nueva edición se van mejorando y diversificando las propuestas con gran aporte de originalidad, impacto visual, compromiso con el contenido a compartir, amplia diversidad interdisciplinar. En definitiva, una noche que acerca a cada uno de los miles y miles de visitantes a una gran variedad de temáticas, las cuales presentan de maneras diferentes y novedosas el acervo cultural y de conocimientos que cada Museo ofrece, transformando todo el evento en una enorme aula de aprendizaje multinivel, con actividades cada vez más significativas.
Este tipo de propuestas, como otras que se llevan adelante en otras ciudades y países, aportan ideas disparadoras que luego serán complementadas con otras en el aula; asimismo, acercan estas nuevas visiones del Museo como otra oferta más de nuevos aprendizajes que día a día se va desarrollando en nuestro medio.
Dimensión Virtual
Cuando escribimos la sección anterior, una mera reflexión y planteamiento de perspectivas de trabajo, el mundo era muy distinto al actual…y eso que pasó nada más que medio año. Y el responsable fue un ser vivo del tamaño de la longitud de onda visible, la misma luz que –irónicamente– es la fuente de vida en nuestro planeta.
Ahora la tan discutida virtualidad es nuestra principal vía de comunicación en estos tiempos de cuarentena prolongada. Si queremos seguir manteniendo nuestras ideas de contribuir desde los Museos a la cultura, ahora (y vaya uno a saber por cuánto tiempo) será necesario emprender la virtualización de las actividades. Y no queremos decir que no hayamos pensado –en la era pre-pandémica– en una cuota parte virtual en las actividades que ofrecen nuestro Museo, más teniendo en cuenta que el nuestro nació en plena etapa digital. La diferencia es que ahora la opción se ha transformado en acción…
Las fotografías, los audio-guías, los recorridos virtuales, etc. son –sin lugar a dudas–herramientas muy útiles y de gran impacto a la hora de brindar al público información valiosa de cada uno de los bienes materiales e inmateriales que cada Museo dispone, y que cuentan la valiosa y rica historia que cada Institución anfitriona posee, la cual merece ser puesta en valor en un contexto social ya que forma parte del acervo cultura de una ciudad, de un país y de un mundo global.
A continuación, citamos algunas ideas que no son nada más que un primer borrador de un debate propio que surge al pensar en las circunstancias actuales…Primero, el público: el acceso multivariado (celulares, computadoras, net/notebooks, tablets) selecciona generaciones diferentes, y por lo tanto objetivos e intereses diversos. Para ello sería imprescindible una presentación que promueva recorridos estáticos y dinámicos distintos, con duraciones diferentes, ensamblados y auto-contenidos a la vez; y en cada uno de ellos que se ponga de relieve el carácter cultural y social de los contenidos, que reflejen el acervo que cada uno aporta.
Segundo, la temática y los contenidos: es claro que cada Museo establece su especificidad y que los potenciales y virtuales asistentes lo elegirá de acuerdo a su empatía al mismo, como así también a la curiosidad. Por ello consideramos imprescindible no abundar en detalles, salvo para un segundo nivel de profundización, enfatizando lo básico: el qué y el para qué. Las imágenes (mejor acompañadas de audio) forman parte esencial y deben ser de la mejor calidad posible, que permitan ampliaciones hasta el menor detalle posible, alcanzable hoy con los avances en la fotografía digital. Sería importante incluir aquí (de una manera optativa) un recorrido virtual como eje estructurante, que permita apartarse cuando se dispusiera del sendero virtual para prestar atención a un bien museístico en particular, que incluya todas las herramientas antes citadas.
Tercero, si queremos sacar provecho de la actual coyuntura y no hacer un mero “parche” en la misma, el uso de las simulaciones podría aportar significativamente, en conjunción claro está con la especificidad correspondiente. Convengamos que resulta a veces complicado entender un cierto contexto histórico si no se ha vivido en él; los cambios tecnológicos modifican las maneras de pensar y de proceder, y cuando en determinados Museos se muestran equipamientos utilizados hace un siglo (o más) atrás, si no nos “visualizamos en ellos”, se nos hará difícil entender el porqué de los procedimientos que se realizaban en “aquellos” tiempos. Simular en este contexto va más allá de hacer dinámica una fotografía, sino más bien cobrar sentido y significado a los procedimientos que se realizaban en el pasado (junto con sus productos), en comparación con los actuales, estableciendo similitudes y diferencias.
Por último, las opiniones, comentarios, críticas y sugerencias representan un “termómetro” importante que mide las expectativas superadas, alcanzadas (al menos en parte) o malogradas por parte de los visitantes a un Museo. Si bien el anonimato “ayuda” en cierto sentido a disponer de una buena cantidad de ellos, resultaría interesante crear la figura (opcional) de “Amigo/a virtual del Museo”, persona que asuma el compromiso y la responsabilidad de colaborar con el mejoramiento del mismo con aportes objetivos y constructivos. Por otra parte, el espacio de preguntas y/o consultas debe estar presente y dispuesto en todas las redes sociales y medios electrónicos a disposición, con respuestas rápidas que permita una interacción eficaz.
Epílogo
Para finalizar, y a modo de cierre, estamos transitando una época extraña y –como tal–inesperada. Todas nuestras libertades sociales han sido temporalmente afectadas en pos de un objetivo prioritario común: salvaguardar la salud de toda la población. Pero esto no significa que el mundo deje de girar, que los estudiantes dejen de aprender ni que la población deje de enriquecerse en muchos otros aspectos, en particular, el cultural. En este sentido, y siguiendo los cambios de paradigma en el cual se yerguen hoy los Museos, los mismo deben adaptarse para continuar siendo uno de los ejes culturales primordiales de la sociedad, permitiendo a sus visitantes –en todas sus formas y matices– compartir y aportar a la creación del conocimiento, ya que son parte de esa sociedad viva, activa e interactuante.