El cazador de estrellas: la huella de Robert Winter en el Observatorio Astronómico de Córdoba

Esta semana, el Observatorio Astronómico de Córdoba recibió una visita llena de historia y emoción. Robert Winter, nieto del astrofotógrafo Robert Winter, recorrió los espacios donde trabajó su abuelo hace más de un siglo. En esta visita, pudo conocer de cerca las herramientas y placas fotográficas que su abuelo usó para registrar el cielo en la famosa “Carte du Ciel”, un proyecto que buscaba fotografiar y mapear todo el firmamento.

Robert Winter, el abuelo, nació en 1873 en Inglaterra y llegó a Córdoba en 1903 con una misión extraordinaria: capturar el cielo del hemisferio sur en imágenes. En ese momento, el Observatorio Nacional Argentino había sido seleccionado para un proyecto internacional impulsado por el Observatorio de París. La meta era ambiciosa: hacer un mapa completo del cielo en base a fotografías. Cada observatorio del mundo debía fotografiar una parte específica y Robert Winter se unió como fotógrafo para tomar cientos de imágenes nocturnas de las estrellas.

El telescopio que usaba Robert era un astrográfico especial, diseñado para este tipo de fotografía. Este enorme telescopio requería precisión y habilidad para seguir el movimiento de las estrellas y evitar que las imágenes se vieran borrosas. Cada fotografía requería largos minutos de exposición, y Robert tenía que estar al tanto de cualquier ajuste en el telescopio. Trabajaba de noche, observando el cielo y tomando las placas fotográficas; luego, en el día, revelaba esas placas en el mismo observatorio. Así, Robert dedicó muchas noches y años a este trabajo, tomando un total de 1.099 placas que ayudarían a conocer el cielo con una precisión jamás vista en aquella época​.

En su recorrido por el Observatorio, el nieto de Robert Winter pudo ver algunas de las placas fotográficas originales que su abuelo capturó y que se conservan como un tesoro histórico. Estas placas son una muestra del esfuerzo incansable de Robert y de su contribución a la ciencia. La “Carte du Ciel” requería que cada zona del cielo fuera fotografiada varias veces para luego ser comparada y medir así la posición exacta de miles de estrellas. Fue un trabajo exhaustivo, pero fundamental para la astronomía.

Además de la “Carte du Ciel”, Robert Winter participó en otros proyectos importantes. Por ejemplo, en 1910, observó el famoso cometa Halley, un evento astronómico que despertó gran interés mundial. También viajó a Brasil en 1912 para observar un eclipse solar, un evento que también fue fotografiado y documentado en el Observatorio de Córdoba. A lo largo de su carrera, Robert Winter documentó varios cometas, asteroides y eclipses, dejando un valioso registro de observaciones que aún se estudian en la actualidad.

La visita del nieto de Robert Winter incluyó también el lugar donde estaba la casa en la que vivió su abuelo junto a su familia. Durante su tiempo en el Observatorio, Robert Winter formó una familia en Córdoba, y su vida giraba en torno al observatorio y al cielo. Su dedicación y pasión marcaron una huella en el equipo de astrónomos y fotógrafos que trabajaban a su lado, y su legado permanece vivo en cada rincón del lugar.

Este reencuentro entre el nieto y la obra de su abuelo es un recordatorio de la importancia de preservar la historia y la ciencia. La visita nos permitió revivir la historia de un hombre que dedicó su vida a capturar las estrellas y que dejó una herencia científica invaluable. Gracias a su trabajo, hoy conocemos mejor el cielo austral, y su historia sigue inspirando a nuevas generaciones de amantes de la astronomía.

Información histórica facilitada por Santiago Paolantonio desde el blog Historia de la Astronomía